miércoles, 16 de abril de 2008

La Autobiografía, por Carlos Alvarado

La escritura autobiográfica, no es el privilegio de los escritores, es ante todo una práctica individual y social. Casi un 5% de la población europea registra su vida en algún tipo de diario íntimo.

Proceder a la escritura de uno o a la escritura del "yo", es un acto que exige una gran determinación personal y no resulta fácil sin una reflexión previa.
Para abordarnos debemos enfrentarnos a ese "yo", que Rimbaud define como "yo es un otro". Otros autores advierten también que ese "yo" responde a una comodidad gramatical, filosófica y psicológica y aquí surge nuestra primera problemática.
Pero el yo también es un pueblo. Es casi imposible acceder a las entrañas del otro; pero el "yo" que no es tan sólo "uno" ni "mío", pero si “tantos otros”, está accesible a la investigación, y es el objeto menos encerrado, al menos en nuestro proyecto, si salimos a la búsqueda de este universo infinito de escucha, de lo oculto, de lo olvidado. El olvido es algo siempre aparente, cuando uno barrena, cede.

La forma a elegir para contarnos o para contar una vida, también presenta parte de la dificultad, pues los relatos de vida a lo largo de la historia se han mostrado bajo múltiples facetas: relato, novela, diario íntimo, confesiones, ensayo, memoria, autoretrato, poesía, etc...

Y ¿Cómo sentarnos a escribir sobre nosotros, mientras estamos en el medio de nuestra vida? Y si el relato de vida es en cierta medida teleológico ¿No es el acto de escribirnos un poco ya morir; o al menos un reflejo de nuestro esfuerzo en querer tomar una ventaja contra la muerte, arrebatándole una página de sus anales de olvido?

La Historia sólo parece interesarse en la vida de los privilegiados y entonces nos preguntamos si nuestra vida vale la pena ser contada... ¿Y por qué no?
***
Carlos Alvarado, Mg. Sorbona.

No hay comentarios:

Pluma y Libro

Pluma y Libro
Tiene tinta tu tintero?